Cristosal, la principal organización de defensa de los derechos humanos en el país centroamericano, describe un régimen de terror a partir de entrevistas a cientos de personas detenidas y excarceladas tras ser declaradas inocentes.
Decenas de reos muertos por torturas, golpes, asfixia mecánica por estrangulación, lesiones o simplemente dejados morir por falta de atención a padecimientos mortales. Ese es el principal resultado de una exhaustiva investigación realizada por Cristosal, la principal organización en defensa de los derechos humanos de la sociedad civil en El Salvador, luego de un año del régimen de excepción que puso en marcha el Gobierno del presidente Nayib Bukele en su llamada “guerra contra las pandillas”.
El informe hecho público este lunes representa la investigación más contundente realizada hasta hoy y sus resultados describen un escenario de terror. Para su realización, la institución entrevistó a cientos de personas que permanecieron prisioneras durante meses en las cárceles bajo el régimen de excepción y que fueron liberadas tras ser declaradas inocentes y también a familiares de los reos fallecidos en prisión desde la aplicación de esta medida. Cristosal además contrastó los testimonios con documentos médicos forenses, documentos policiales y fotografías. Las autoridades, por su parte, han declarado reservada la información oficial al respecto y se han limitado a asegurar que todas las muertes dentro de los penales se deben a causas naturales.
El documento presenta relatos de supervivientes que cuentan las torturas dentro de las cárceles. Por ejemplo, los obligaron a recoger la comida del piso con la boca, les dieron descargas eléctricas o los expusieron de forma prolongada y sin tratamiento a epidemias de hongos en la piel. “Las violaciones masivas y sistemáticas ya son una política del Estado. La suspensión de derechos y la militarización ya no es una excepción sino una norma que incide en la vida de todos los salvadoreños”, dijo a EL PAÍS Noah Bullock, director de Cristosal, una organización que lleva más de dos décadas denunciando violaciones de derechos humanos en el país centroamericano.
153 muertes de reos
Cristosal ha documentado la muerte de 153 reos bajo custodia del Estado entre el 27 de marzo de 2022 y el 27 de marzo de 2023, todos capturados en ese mismo periodo. De estos, 29 murieron de muerte violenta y otros 46 por “probable muerte violenta” o sospecha “de criminalidad”. En los días posteriores al 23 de marzo de este año se han reportado más casos de reos fallecidos que no entraron en este conteo.
En esos 75 casos, la investigación señala como “patrón común” la presencia de laceraciones, hematomas que evidencian golpes, heridas con objetos cortopunzantes o contundentes, o señales de estrangulación o ahorcamiento en los cadáveres. Según el informe, la muerte por asfixia mecánica es una de las causas “más frecuentes” descritas en los reportes médico legales.
Uno de los casos más evidentes es el de un hombre de 30 años que fue entregado muerto a sus familiares con una protuberancia en el cuello. El parte médico legal dictaminó que murió por “asfixia mecánica por estrangulación”. También consta el caso de un hombre 42 años muerto en una bartolina policial o calabozo cuya autopsia determinó como causa de muerte “asfixia mecánica por ahorcadura”.
La asfixia mecánica o por inmersión es uno de los métodos de torturas que fue usado en El Salvador por parte de los cuerpos de seguridad durante la guerra civil entre 1970 y 1992. “Da mucha tristeza ver que el Estado ha recurrido nuevamente a las detenciones arbitrarias y torturas en nombre de la seguridad nacional”, aseguró Bullock.
Otros cadáveres presentaron otras señales de tortura. Como el caso de un hombre de 32 años que fue entregado muerto a sus familiares y, en su autopsia, el médico forense determinó como causa de muerte un “trauma cerrado de tórax severo tipo contuso”. De acuerdo con el informe, el cuerpo presentaba heridas profundas en el codo, golpes en el antebrazo y una herida de aproximadamente ocho centímetros en el lado izquierdo de la cabeza.
En otros casos, de acuerdo con la investigación, las personas murieron a causa de padecimientos mortales no atendidos o por falta de acceso a medicamentos. Como una mujer de 50 años detenida mientras padecía de una enfermedad del hígado. “Pese a que su familia llevó los medicamentos al centro penal donde estaba recluida no fueron recibidos y cuando su familia preguntaba por ella respondían que si necesita medicamentos, el médico les iba a avisar”, dice el informe.
Cifras ocultas
La cifra de muertes revelada por Cristosal podría quedarse corta, según el mismo informe. La investigación detectó que en 39 de los 153 casos, los médicos forenses no establecen con claridad la causa de la muerte. Así ocurrió a un joven de 23 años que falleció el 18 de abril de 2022: “El cadáver presentaba señales de golpes en varias partes del cuerpo, quebraduras en pies y manos, llagas en la espalda en forma alargada tipo quemadura, lo que evidencia que pudo ser víctima de tortura. El cadáver fue entregado a la familia en un ataúd cerrado”, dice el informe. El acta forense estableció que se trataba de una “muerte súbita”.
El informe también revela que, en algunos casos, la causa de muerte establecida por los médicos forenses no coincide con las condiciones de salud previas de los fallecidos.
Por ejemplo, una mujer de 42 años murió de un “choque séptico por inmunosupresión causada por carcinoma nasal”, una especie de ahogamiento a causa de un tumor, según la autopsia; pero su familia nunca supo que padecía de cáncer. O un hombre de 44 años, agricultor, que estuvo detenido durante cuatro meses y al cabo del último mes murió en un hospital a causa de “neumonía”, según la autopsia, pero su cuerpo presentaba llagas y había perdido mucho peso al punto de ser “irreconocible” por sus familiares.
Otro hecho que puede aumentar la cifra es que algunos reos están siendo enterrados en fosas comunes sin aviso previo a sus familiares. Esto fue detectado en al menos cuatro casos por Cristosal. “Un hombre de 45 años con discapacidad intelectual fue trasladado fallecido a Medicina Legal con apellidos distintos por lo que fue sepultado en una fosa común en el Parque Memorial (Cementerio) La Bermeja. La esquela del reconocimiento médico legal establece que murió a consecuencia de ‘edema pulmonar’; sin embargo, las fotografías forenses muestran que el cadáver presentaba edemas en el rostro. Personas entrevistadas informaron que fue golpeado dentro del penal donde estaba recluido, recibió patadas en el estómago que le provocaron que expulsara sangre por la nariz y boca, lo que provocó que perdiera la movilidad y no pudiera comer; no recibió atención médica”, dice el informe.
Una de las principales demandas de los familiares de detenidos durante el régimen de excepción es la falta de información sobre el paradero de sus reos, colocándolos así en situación de desaparecidos que no son registrados por el sistema de justicia. Además, muchos reos que salen libres tras ser declarados inocentes lo hacen en condiciones de salud deplorables que finalmente les provocan la muerte. Como un joven de 24 años detenido en mayo de 2022. Tras siete meses encerrado en el penal conocido como Mariona llamó a sus familiares alertando de que estaba grave en el hospital con dolores de estómago. Sus familiares lo encontraron deteriorado y en los huesos.
Días después de estar ingresado en el hospital, el joven fue sometido a una audiencia especial en un juzgado. La jueza del caso les dijo a los familiares que tenía dos noticias: la buena era que el joven era declarado inocente. La mala es que ahora tenía insuficiencia renal crónica. A los dos días de haber sido liberado, el joven murió.
Descargas eléctricas, golpizas y celdas de castigo
El informe incluye además relatos de horror de exprisioneros que permanecieron durante meses en las cárceles bajo régimen de excepción y que finalmente fueron declarados inocentes.
De acuerdo con los testimonios recabados en la investigación, el hacinamiento, los golpes y los malos tratos son el pan diario en las cárceles de régimen de excepción en El Salvador.
Un joven de 20 años detenido en el centro Mariona relató que un guarda al que llamaban Montaña los amenazaba de muerte constantemente. “Solo si tienen suerte saldrán con vida de aquí”, les decía. “Mientras estaban hincados les ponían descargas eléctricas y a uno hasta le sacaron sangre. Al entrar al sector donde iban a quedar los custodios les dieron otra golpiza”, dice el informe.
Otro tipo de torturas dentro de las cárceles de Bukele tiene que ver con la limpieza y las condiciones de vida de los reos. De acuerdo con el estudio, “en algunos casos solo se les permite tomar un vaso con agua durante el día”.
Un hombre de 20 años que estuvo detenido en Mariona relató lo siguiente: “Un día un custodio llegó con una cubeta de comida y dijo ¿tienen hambre? ́ Cuando respondieron sí el custodio tiró la comida en el suelo que estaba lleno de lodo y les dijo: ́la van a recoger solo con la boca y si la agarran con las manos, los voy a sacar y lo voy a golpear ́y les dio cinco segundos para recoger la comida con la boca. Nosotros con el hambre y lo que nos había dicho tuvimos que comerla de ahí, solo con la boca. Después se hizo para un lado… cuando regresó dijo el custodio: tenían hambre los perros”.
En esa misma semana, según el relato, al penal ingresaron representantes extranjeros de una organización de derechos humanos, pero un custodio les había advertido previamente de no quejarse: “Mañana van a venir visitas y el primer artista que salga diciendo el trato de aquí, es el primero que se va a morir con descargas eléctricas”.
Otro tipo de torturas que revela el informe, según lo dicho por los sobrevivientes, son las celdas de aislamiento. Esas celdas “son utilizadas para quienes se quejan, hablan durante las noches o cuando no atienden las indicaciones de los custodios, a veces sin razón alguna”, dice el documento. Estas celdas son más pequeñas, por lo general son oscuras y no se ve la luz, no tienen catres, a veces no hay fosa o servicio sanitario, casi no reciben agua para tomar y no se les permite bañarse. Varios detenidos afirman que algunos de los que van a estas celdas regresan en estado de desnutrición o no salen vivos”, dice el informe.
Uno de los sobrevientes relató su experiencia en esa celda: “Allí daban un tiempo de comida, frijoles con una tortilla, primero en la mano, después en un tupper. Al salir de ahí lo llevaron al área de Desnutrición, ahí los trataban bien para que se recuperaran y después llevarlos a golpear otra vez. Como a los 20 días de estar ahí le dio un derrame cerebral, cuando despertó lo llevaban al hospital, tenía la boca de lado, sentía temblor y hormigueo en la cara”, señala el informe.
Más de un año de estado de excepción
El Gobierno de Bukele mantiene el estado de excepción desde el 27 de marzo de 2022 como respuesta a la violencia de pandillas. La medida fue adoptada luego de que la Mara Salvatrucha-13 y el Barrio 18, las dos pandillas más numerosas del país organizaran una masacre que puso a 87 muertos en las calles en un solo fin de semana. De acuerdo con investigaciones periodísticas, la masacre se debió a una ruptura del pacto que Bukele mantenía con las pandillas desde el principio de su administración, algo que mantenía a raya la violencia.
Desde el principio de su aplicación, el régimen de excepción ha sido duramente criticado por organismos defensores de derechos humanos nacionales e internacionales, no solo porque la medida se haya prolongado más allá de lo que permite la ley, sino porque en la práctica permite la violación sistemática de derechos humanos.
Por su parte, Bukele ha respondido a las críticas descalificando a cualquiera que cuestione su medida y ha llegado a llamar a las organizaciones de derechos humanos “defensores de los pandilleros”. Sin embargo, no todos los casi 67.000 capturados son realmente pandilleros. De estos, al menos 5.000 han sido liberados ya, según las autoridades.
Para los defensores de derechos humanos, la medida devuelve a El Salvador al pasado. “En la historia salvadoreña los estados de excepción no son novedades. Son instrumentos preferidos de control social y represión política de las dictaduras militares del pasado. Lo de hoy es un escenario preocupante y lastimosamente conocido de las épocas más oscuras de la historia salvadoreña. Ya se ve la autocensura. La gente ya no habla. Todo salvadoreño ahora sabe que cualquier encuentro con un policía puede terminar en su captura y ser sometido a condiciones de tortura hasta la muerte”, dijo Bullock.
Fuente: Diario El Pais
URL: https://elpais.com/internacional/2023-05-29/reos-torturados-y-estrangulados-en-el-salvador-un-informe-denuncia-el-infierno-de-las-carceles-de-bukele.html?ssm=TW_CC&s=08