El proyecto Mallorquín, totalmente turístico, tampoco muestra una línea de intervención para proveer una idónea alternativa de reasentamiento a las familias que habitan en precarios palafitos en las orillas de la ciénaga, donde, además, hay gravísimos problemas de inseguridad.
La construcción de la línea férrea para el Tren Mallorquín ha impuesto restricciones de acceso a la zona, provocando protestas de pescadores, caseteros de Puerto Mocho y mototaxistas porque ellos obtienen allí su sustento diario desde hace décadas.
En una visita que realicé el sábado pasado a las obras, pude reconfirmar que el Ecoparque y el Tren Turístico que llevará a Puerto Mocho dejaron por fuera lo que debió ser la primera tarea: la recuperación ambiental de la ciénaga de Mallorquín que recibe, entre otras afectaciones, aguas residuales del arroyo León y viviendas, así como el aporte de lodos y contaminantes del río Magdalena a través de tres canales que no han sido intervenidos por las obras sobre el tajamar donde operará el nuevo tren.
El proyecto Mallorquín, totalmente turístico, tampoco muestra una línea de intervención para proveer una idónea alternativa de reasentamiento a las familias que habitan en precarios palafitos en las orillas de la ciénaga, donde, además, hay gravísimos problemas de inseguridad.
Es claro que el proyecto bandera del alcalde Jaime Pumarejo no contempló los aspectos ambientales, sociales y humanos que implicaba una intervención integral en la ciénaga de Mallorquín. Respecto al Ecoparque esto piensa José Cantillo Prada, líder de Las Flores: “Es un armazón de cientos de toneladas de pino americano sobre el cadáver putrefacto de la ciénaga”.
El 23 de marzo de este año, la comunidad de Las Flores le pidió a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, la creación de una mesa técnica para abordar la recuperación integral de la ciénaga. El 12 de mayo, el ministerio respondió evasivamente diciendo que ese asunto es competencia de la CRA y Barranquilla Verde. Ya que el presidente Gustavo Petro pidió el 7 de junio a sus ministros que realicen asambleas populares, la ministra Muhamad debería hacer una sobre Mallorquín.
La manera como la Alcaldía está desarrollando la intervención turística en Mallorquín (con el sugestivo discurso de la biodiverciudad) revela que a falta de un acuerdo de ciudad se ha venido imponiendo una visión mercantilista en las actuaciones sobre los frentes de agua. Que se convirtieron en una fuente codiciosa para los grandes proyectos inmobiliarios y turísticos con daños a los bosques secos tropicales y manglares y amenazas de desplazamiento a los asentamientos humanos de la ribera occidental del río y la ciénaga.
Lo central de esta discusión es el ordenamiento del territorio alrededor del agua. ¿Cómo hacerlo de forma que no avasallemos los ecosistemas y favorezcamos una brutal gentrificación en beneficio de poderosos intereses económicos?
Autor: Horacio Brieva
Fuente: El Heraldo
URL: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/horacio-brieva/mallorquin-o-el-engano-de-la-biodiverciudad-columna-de-horacio